miércoles, 31 de diciembre de 2014

Entrevista de ANNCOL a Joaquín Gómez, comandante del Bloque Sur de las FARC-EP, recién llegado a La Habana

Cambiando la hermosa selva del sur de Colombia a la tranquila y pacífica Habana, recibido por los comandantes Carlos Antonio Lozada e Iván Márquez de la Delegación de Paz de las FARC-EP en La Habana.




Entrevista de ANNCOL a Joaquín Gómez, comandante del Bloque Sur de las FARC-EP, recién llegado a La Habana


Por Dick Emanuelsson, ANNCOL


Joaquín Gómez, el comandante del Bloque Sur de las FARC-EP, es un hombre sencillo y afable, nacido en Barrancas, Guajira, en el año de 1947, en el hogar humilde de Minos y María Magdalena.

La primera vez que lo entrevisté fue en enero de 1998 en su campamento en el departamento de Putumayo, sur de Colombia. Quince meses antes, la guerrilla había dado un golpe durísimo al Ejército Nacional, ocupando la base militar Las Delicias, capturando a 67 militares.

Tres semanas antes de nuestra entrevista, el 21 de diciembre de 1997, unidades guerrilleros del Bloque Sur subieron a 4200 metros y ocuparon la base militar en el Cerro Patascoy, llevándose unos 20 militares que sobrevivieron el ataque que destruyó toda la instalación de la inteligencia militar y de la comunicación de las FF.MM. en el sur de Colombia.

Y ahí, entre centenares de guerrilleros que constituyen su anillo de seguridad, me hablaba sobre los planes de a insurgencia, el anhelo de paz que estaba por expresarse posteriormente en San Vicente de Caguán. Pero también habló de su infancia y sus estudios de primaria que transcurrieron tutelados por la majestuosidad de la Sierra de Nevada, entre las brisas del desierto y las notas vallenatas del maestro Carlos Huertas, autor del Cantor de Fonseca.

Parte de su adolescencia la vivió en Maicao, de donde con su temple de cardón y sol ardiente, partió hacia Montería, ciudad a orillas del Sinú. Allí en el Colegio público, José María Córdoba, hizo sus estudios secundarios, becado por la entonces Intendencia de la Guajira.

En su temprana juventud ejerció como inspector de Majayura, para luego vincularse a la Universidad de Antioquia, donde cursó un semestre de veterinaria, que le sirvió de base para proseguir en la Academia Timiriazev de Moscú, la profesión de zootecnista.

De regreso de la Unión Soviética se desempeñó como profesor de zootecnia en la Universidad Surcolombiana de Florencia, Caquetá, en los años 70, donde dictó cátedra de genética animal y fisiología de los animales domésticos. Poco después regresó a Moscú a realizar estudios de postgrado sobre inseminación artificial y ganado de carne.

Entre la academia, las inquietudes políticas y su preocupación por los problemas sociales que padecían su tierra natal y el país, surgió la determinación de vincularse a las FARC en el año de1985.

Ingresando a la insurgencia

Su ingreso tuvo lugar en el 14 Frente, en el Medio Caguán, al sur del país. Durante sus 29 años como guerrillero, dictó cursos de economía política y de filosofía; durante el gobierno de Betancur representó a la insurgencia en el Comité de Investigación y Transferencia de Tecnología, en el que tenían participación los directores de los institutos descentralizados del país; conformó equipos de organización y propaganda; desempeñó cargos militares con resultados exitosos; fue vocero de las FARC en los Diálogos del Caguán durante el gobierno de Andrés Pastrana. Es integrante del Secretariado del Estado Mayor Central, y comandante del Bloque Sur de las FARC.

Ahora lo encontramos en La Habana como parte de la Subcomisión técnica que abordará con el Gobierno, aspectos nodales del tercer punto de la Agenda FIN DEL CONFLICTO, como son el cese de fuegos bilateral y definitivo y la Dejación de armas, que deberá comprometer a ambas partes en la Mesa de conversaciones.

De antemano ANNCOL le agradece la deferencia que ha tenido de atender, en exclusivo, a varias de nuestras inquietudes.

Joaquín Gómez en el centro. A su lado derecho Carlos Antonio Lozada y su lado izquierdo Iván Márquez.

Joaquín Gómez habla en exclusiva para ANNCOL

 

¿Cómo ha sentido el cambio repentino de pasar de las selvas de Colombia, donde persiste la confrontación armada, a este escenario de La Habana, en el que los esfuerzos que se realizan están encaminados a alcanzar la paz?

– Efectivamente se trata de dos escenarios diferentes, si se toma en cuenta, que allá las tensiones propias de la guerra, imponen un tipo de comportamiento apegado a una disciplina rigurosa, que implica ciertas privaciones, que en un escenario apacible y solidario, como el que se respira en La Habana, desaparecen. En uno y otro lugar, sin embargo, nuestros esfuerzos siempre están enfocados en trazar iniciativas y buscar alternativas que permitan resolver las causas de miseria y desigualdad que están en el fondo de este conflicto, para así alcanzar la paz. También debo decir que independientemente del espíritu fraterno con que el pueblo cubano acoge a las delegaciones, tanto del Gobierno como de la guerrilla, nuestros corazones tienen sus raíces sembradas allá en el teatro de operaciones militares, donde están los nuestros y el pueblo que nos apoya.

¿Cómo estaba el ánimo de las tropas del Bloque Sur antes de su partida hacia La Habana?

– Magnífico; con plena disposición combativa, pero también con una confianza y
La guerrillera Marlene del Bloque Sur
una esperanza inmensas en todo lo que la Delegación de Paz de las FARC ha venido realizando para lograr la reconciliación de los colombianos, y en esto se debe contar la reciente iniciativa de cese unilateral de fuegos, verificable e indefinido.

El MinDefensa ha insinuado, y ha sido citado por todos los medios, que el Bloque Sur no estaba de acuerdo con las negociaciones en La Habana. ¿Cómo fueron los comentarios y las reacciones entre las estructuras guerrilleras del Bloque Sur cuando vieron y escucharon al MinDefensa?

– Por la forma como todos los días dispara contra el proceso de paz, los combatientes dicen que parece más ministro de defensa de Uribe que de Santos. Mi presencia y la de otros jefes de Bloques en La Habana es una muestra más de la cohesión inquebrantable de las FARC.

Desde el punto de vista político-militar, ¿cómo está la situación en las áreas de operaciones del Bloque Sur? ¿Cómo y qué comenta la población civil en éstas áreas sobre una eventual firma de paz, cuales son las esperanzas?

– Como ya lo dije, la disposición combativa de nuestras unidades es plena; hasta el día en que declaramos unilateralmente el cese al fuego, se producían choques armados con cierta frecuencia e intensidad, pero al mismo tiempo, teníamos muchas unidades desplegadas en el trabajo organizativo, intercambiando con la población, realizando pedagogía para la paz. En este trabajo se percibía el anhelo de la gente de que la tregua fragüe y el proceso avance por buen camino. Pero de todas maneras no deja de existir entre la gente del campo, desconfianza frente al Gobierno. Se teme que incumpla los compromisos y nuevamente se desate la guerra sucia, las masacres y los desplazamientos.

¿Hay fuerzas paramilitares operando en las regiones?

– En realidad es el Ejército el que actúa en la región con las arbitrariedades de siempre, y en no pocas ocasiones amenaza a la población con que en cualquier momento van a llegar nuevamente los paramilitares, lo cual les genera una situación de zozobra permanente.

Los medios y los llamados “politólogos” consideran que el Bloque Sur es el Bloque del narcotráfico. ¿Qué comentario merece tal acusación?

– Esos medios y politólogos que usted menciona, generalmente plumas estipendiadas, son altavoces de una estrategia perversa de manipulación y mentira, que tiene el propósito de encubrir a los verdaderos narcotraficantes y motores de este negocio que están enquistados en el sector financiero y se lucran del lavado de activos.

¿Que nos puede decir sobre la retención del reportero francés por parte de guerrilleros del Frente 15?

– El excelente documental realizado por el propio Romeo Langloise, habla de manera clara sobre la realidad que vivió y la farsa que entraña ese tipo de operaciones que se lanzan contra campesinos pobres, para luego decir, que se está desmantelando laboratorios de las FARC.

El 21 de diciembre de 1997, el Bloque Sur tomó la base de la
inteligencia militar del Ejército en el cerro Patascoy. Unas semanas después cayó un avión espía de EE.UU., cerca el cerro Patascoy y murieron cinco militares estadounidenses. Raúl Reyes, en entrevista a este reportero que estuvo en esos días en su campamento, lo caracterizó como “Las primeras víctimas del Plan Colombia”. Posteriormente se sabe que los militares norteamericanos estaban implicados en el bombardeo del campamento de Raúl Reyes, quizás desde la base La Manta, en territorio ecuatoriano. Uribe entregó varias bases militares en el área de operaciones del Bloque Sur al Pentágono. ¿Qué posición tienen las FARC sobre el futuro de esas bases si se logra a firmar la paz?

– Estados Unidos, que históricamente ha jugado un papel protagónico en la guerra, debe empezar a jugar un papel determinante a favor de la paz. Lo esencial en el relacionamiento con los Estados Unidos debe ser el del reconocimiento mutuo, la libre autodeterminación y el respeto a la soberanía patria.

¿Cómo fue recibida la muerte de la guerrillera y compañera de Simón Trinidad, Lucero Palmera, en septiembre de 2010 cuando fue bombardeado el campamento donde se encontraba ella?

– Con tristeza y profundo dolor por los compañeros caídos. En el mismo bombardeo murió su hija, y quizá este hecho, mezclado con los padecimientos que Simón Trinidad vive en la prisión de máxima seguridad en Florence, Colorado, configura un caso que es particularmente sensible para nosotros, pero que al mismo tiempo, nos compromete más en la lucha por los objetivos que nos hemos trazado en pro de la Colombia del futuro y a no cejar en el esfuerzo por tener a Simón en libertad.

Durante este año ha habido muchos enfrentamientos entre la fuerza pública y la población civil, principalmente indígenas y campesinos, en el departamento del Putumayo, ¿a qué se deben los conflictos?

– Las causas de los enfrentamientos entre la Fuerza Pública y la población en el departamento del Putumayo son las mismas que en el Catatumbo, en el Cauca o cualquier otra región marginada de Colombia, tienen que ver con la situación de abandono y miseria a que han sido sometidas durante décadas, estas y otras regiones como el Chocó y la Guajira, donde en medio de la riqueza, la población muere de hambre. A la inconformidad y legítima protesta social, el Estado ha dado respuestas militaristas endureciendo sus leyes de seguridad ciudadana y dando un tratamiento represivo, sobre todo con ese aparato criminal que es el ESMAD. Esto debe cambiar y el primer paso debe ser el de eliminar la Doctrina de la Seguridad Nacional y del enemigo interno.

¿Qué futuro se puede construir en los vastos territorios que constituyen los departamentos de Caquetá, Putumayo, Huila y Nariño, para una Colombia en paz? ¿Qué propone el Bloque Sur?

– Las propuestas del Bloque Sur son las mismas que han planteado las FARC en la Mesa de conversaciones. Me refiero a las propuestas mínimas que se han hecho para cada uno de los puntos de la Agenda del Acuerdo General, las cuales ya han sido bastante difundidas por nuestra Delegación de Paz.

Usted va a entrar en la subcomisión técnica. ¿Qué espera aportar en ella?

– El trabajo para esta subcomisión lo estamos haciendo en equipo, y ya hemos establecido unos marcos conceptuales explicando lo que para nosotros significan categorías como dejación de armas, armisticio y tratamiento a la rebelión frente a la paz, que es un derecho síntesis. Particularmente podríamos aportar nuestra experiencia de lo que podría ser una larga tregua que permita la implementación de los acuerdos, luego de la firma del Tratado de paz.

¿Un mensaje al pueblo colombiano y la opinión pública internacional en estos últimos días del año?

– Creemos en la paz y estamos empeñados en conquistarla, pero está claro que eso se logrará en la medida en que el pueblo se apropie del proceso, como lo ha hecho respaldando el cese al fuego bilateral, respaldando un proceso constituyente abierto, o más bien protagonizándolo como soberano y fuerza fundamental de cualquier cambio que se pretenda, recogiendo las iniciativas de las organizaciones sociales y políticas plasmadas en los lineamientos generales para la transición hacia una Nueva Colombia. Esto implica la movilización multitudinaria, la cohesión de todos, que permita la creación de una alternativa política al neoliberalismo.

Joaquín Gómez con sus compañeros de las FARC y los delegados de los países acompañantes de Noruega y Cuba en La Habana.